Qué es y como funciona el Coaching Personal

El coaching personal es una disciplina y una práctica constructiva, basada en el diálogo entre dos personas, cuyo objetivo es acompañar el cliente hacia el conseguimiento de sus objetivos.

Existen varios posibles enfoques en el coaching, entre ellos, el empresarial, el ejecutivo, el coaching de equipos, el coaching sistémico, el coaching relacional, etc. Y sin embargos, todos ellos se anclan en el coaching personal, que en inglés se conoce como life coaching y que, por tanto, a veces se traduce como coaching de vida.

Clave del coaching es que es un proceso, en el cual participan dos actores: el coach y el coachee, o cliente. En el curso de la relación de coaching, el coach acompaña el cliente, fomentando una toma de conciencia y un autoconocimiento que, además de permitir al cliente alcanzar sus objetivos, le ofrece una posibilidad extraordinaria de transformación.

¿Qué es el coaching personal y en qué consiste?

Imagínate que tienes un proyecto con que sueñas desde siempre: quieres montar tu propio negocio, o comprar y restaurar una casita en la playa, quieres ascender en el trabajo, quieres aprender inglés, quieres mejorar la relación con tus hijos, quieres adelgazar. La lista de potenciales objetivos es infinita, pero lo que está pasando puede ser sencillo: ese proyecto o aspiración nunca se vuelve una prioridad. A veces te pones con ello y lo abandonas el día siguiente. Hay obstáculos que te parecen insuperables.

En el curso de un proceso de coaching personal, a través de preguntas, ejercicios de reflexión, y un diálogo basado en la escucha activa, en la identificación de recursos, opciones y posibilidades, tienes la posibilidad de deconstruir y reconstruir todas las creencias, situaciones e impedimentos que hasta ahora no te han permitido darle prioridad a ese proyecto.

En este sentido, el coaching es un proceso creativo, ya que cada sesión de coaching personal es absolutamente personalizada, adaptada al objetivo del cliente y a su situación. Es más, el proceso de coaching, a diferencia de lo que pasa con otras formas de acompañamiento, se construye basándose en las indicaciones y a la voluntad del cliente.

Y cómo otros procesos terapéuticos, el coaching se basa en la relación que se instaura entre el coach y el coachee.

Diferencia entre el coaching personal y la psicoterapia, u otras disciplinas

Coach PersonalMentor o ConsultorPsicólogo
Quién conduce/guíaEl clienteEl MentorEl Psicólogo
Jerarquía de la relaciónIgualitariaJerárquicaJerárquica
Enfoque TemporalHacia el futuro Hacia el pasado
Tiempo para aprenderSuficienteInsuficienteSuficiente
Transferencia de
conocimiento
Sin TransferenciaTransfiere Experiencia
o Know How
Transfiere información
si necesario
Ya que tanto el coaching personal cómo otras disciplinas se basan en el diálogo constructivo, puede a menudo surgir la tentación de pensar que el coach hace lo mismo que un terapeuta, un mentor, o hasta un amigo. Y no es así.

Una de las diferencias claves entre el coach personal y otros profesionales está, por empezar, en la forma de dirigir la conversación en el curso del proceso de transformación. El coach no toma las riendas del proceso, lo acompaña, ya que, entendemos, desde el coaching, que el cliente es quien mejor sabe lo que es prioritario para él o ella.

En este sentido, la relación entre coach y coachee es entre pares, mientras que en la mentoría, en la consultoría y en la terapia, hay una relación desigual: el terapeuta y el mentor/consultor tienen autoridad con respecto al cliente, debido a que disponen de un conocimiento especializado que no está al alcance del cliente. Así, tanto un psicoterapeuta/psicólogo y un mentor/consultor dirigen el proceso creativo de acompañamiento y autodescubrimiento.

Un segundo elemento diferenciador está en la perspectiva temporal: en coaching personal trabajamos en función del conseguimiento de un objetivo futuro y de forma a analizar lo que tiene que cambiar en el presente o en el futuro cercano.

En cambio, una terapia psicológica se suele centrar en el pasado.

Y el tercer elemento tiene que ver con la transferencia de competencias y/o conocimiento. En el coaching no hay transferencia. El coach no ofrece consejos, ni hojas de ruta y mucho menos soluciones. En coaching personal, el coach motiva la cliente para que encuentre sus propias respuestas y para que implemente la solución que ella misma ha elegido.

Y si es verdad que todos a veces deseamos que alguien nos entregue la varita mágica (O por lo menos, nos diga en dónde encontrarla) fomentar la toma de decisiones y la búsqueda de soluciones por parte del cliente hace que la transformación sea profunda, de impacto y completamente en las manos del coachee.

El Übermensch es para Nietzsche el ser humano que comprende que su principal desafío en la vida es su propia superación, la transformación de sí mismo hasta convertirse en el tipo de ser que cada cual aspira a ser. El coaching ontológico es una práctica al servicio de ese propósito.

Rafael Echeverría

¿Para qué sirve el coaching personal?

El coaching personal se orienta, como hemos dicho, al conseguimiento de objetivos futuros. Sin embargo, existen muchos tipos de objetivos y, además, muchos efectos secundarios de un proceso de coaching.

Estos que siguen son algunos de los temas que más trato en mis sesiones de coaching:

  • Gestión del tiempo y del trabajo, para conseguir objetivos profesionales
  • La relación con el dinero
  • Como establecer límites sanos en familia, en el trabajo o en relaciones cercanas para alcanzar un mejor equilibrio y mayor sensación de bienestar
  • Superación de conflictos personales (Crisis profesionales, sensación de falta de alineación con el propósito de vida, dudas sobre una decisión concreta) como interpersonales (problemas en el trabajo con tu jefe, o en las relaciones con tu pareja, tus padres, tus hijos, tus amigas).
  • Identificación de un plan de acción para hitos importantes (Por ejemplos, opciones distintas de proceder a la hora de lanzar un proyecto empresarial)
  • Dificultad a la hora de tomar ciertas decisiones
  • Síndrome del impostor y mejora de la autoestima
  • Autoconocimiento: dificultad en detectar valores, prioridades, etc.
  • Superación de bloqueos y miedos que impiden conseguir objetivos
  • Aprender a gestionar las emociones
  • Mejora de la capacidad de comunicación
  • Elección y mantenimiento en el tiempo de rutinas y hábitos saludables
  • Análisis de la narrativa personal, transformación de autoconcepto

Pero más allá del alcance de estos objetivos, en el curso de un proceso de coaching, el cliente adquiere un conocimiento de sí mismo que le lleva a ser más consciente de sus creencias (Tanto empoderadoras como limitantes), a sentirse más en contacto consigo mismo, más abierto a la exploración de sus pensamientos, emociones y conductas y, por tanto, a sentirse líder de su vida y de sí mismo como persona.

¿Cómo es un proceso de coaching?

Todo proceso de coaching empieza por la demanda del cliente de trabajar en un objetivo específico, dentro de una sesión exploratoria.

El proceso de coaching: la sesión exploratoria

El objetivo de la sesión exploratoria es de instaurar una relación de escucha activa, fundamental para el éxito del proceso, a la vez que el cliente se familiariza con el proceso de coaching y empieza a describir y, por tanto, explorar su situación deseada, con respecto a su situación actual.

La primera sesión tiene de hecho el objetivo de permitirme a mí, como coach, de escuchar al cliente, observarle mientras cuentas su historia, mientras relata sus emociones y creencias, mientras detalla lo que ha probado en un pasado para acercarse a este objetivo y lo que alcanzarlo puede representar para él o ella.

En cuánto al cliente, esta primera sesión de coaching le ofrece un espacio de escucha, en el cual puede empezar a aclararse sobre el asunto de fondo con qué quiere trabajar. Además, esta primera toma de contacto le permite al cliente tomar conciencia de cómo está observando su situación actual, de cómo habla de sí misma y le dispone a ver más opciones en su forma de actuar y encuadrar su situación y su potencial de logro.

Aquí, por tanto, empieza su transformación.

En el caso que, tras la sesión inicial, el cliente quiere seguir con el proceso, se tendrá que reconfirmar el objetivo de proceso, así como su duración en tiempo y número de sesiones.

Junto con esto, establecemos unos objetivos intermedios. Si por ejemplo, en 8 meses tu objetivo es de haber ascendido al puesto de jefa de tu departamento, ¿qué tendrá que pasar en un mes para que sepas que vas por el buen camino?

¿Cuánto dura un proceso de coaching?

Un proceso de coaching personal suele durar entre 6 meses y un año, a pesar de que esto puede variar de cliente a cliente.

No obstante, se establece desde el principio la duración inicial.

El proceso de coaching: la siguientes sesiones

Aun estemos trabajando un objetivo de proceso, en toda sesión de coaching trabajamos con un objetivo específico.

Por ejemplo, si la cliente quiere Mejorar su comunicación en el trabajo, es posible que nuestro objetivo de sesión sea, «Como hacer que cuando hablo en las reuniones todos los miembros del equipo me escuchen.»

En el curso de la sesión de coaching, teniendo este objetivo en mente, el cliente se lanza en un proceso de reflexión guiado por las preguntas y la escucha del coach, que, según el objetivo y la personalidad del cliente, hará recurso a herramientas distintas para fomentar la claridad y la transformación.

En mis sesiones, concretamente, utilizo, según las necesidades, historia y creencias del cliente, herramientas que van de la pregunta a la observación del sistema en el cual el cliente se mueve y que también pueden incluir ejercicios de coaching somático, ejercicios de redacción/escritura, diseños, teatros y mucho más.

Todas las herramientas que utilizo sirven para que el cliente se vea desde tantas perspectivas cuanto haga falta y tome conciencia de sus valores, de sus pensamientos, de cómo le afecta su entorno, etc. para que pueda ver opciones, dentro de lo que realmente está a su alcance, para cambiar su conducta y, por tanto, lograr sus objetivos.

Dicho esto, en todo proceso de coaching se dan estas cuatro fases:

En todo proceso de coaching, esencialmente se dan los siguientes pasos:

  1. Identificamos el objetivo deseado, lo que representa, sus condicionantes, sus metas intermedias, sus obstacúlos, etc.
    • Exploramos las emociones, creencias y conductas que acompañan este objetivo o lo impiden
  2. Exploramos el sistema en el cual se mueve el cliente y que tiene impacto sobre este objetivo: es posible que el cliente desee algo, por ejemplo en su vida profesional, que implica cambios que su pareja no desea (Por ejemplo, mudarse a otra ciudad). ¿Es consciente de cómo le afectaría en su vida privada el alcance de ese objetivo profesional? Observar el sistema permite tomar conciencia de lealtades ocultas, límites que existen, obstáculos que se pueden superar, miedos, etc.
  3. Identificamos opciones. Como coach, invito al coachee a qué explore opciones de conducta, cosas que sí puede hacer o cambiar, lo cual le obliga a detectar sus fortalezas, tomar responsabilidad, asumir las consecuencias del cambio, etc.
  4. Hacemos un plan de acción. En esta fase, el coachee se compromete a una conducta, fijada en el tiempo y el espacio, que va a empezar a poner en marcha para ver un cambio en su vida, lo cual le permite testar su motivación, detectar si las creencias y emociones que sentía se han transformado, etc. Dicho de otra forma, actuar le hace responsable de su propia transformación.

«Un coach es alguien que te dice lo que no quieres escuchar y te hace ver lo que no quieres ver, para que te transformes en la persona que siempre supiste que eras.»

– Tom Landry

Como saber si necesitas hacer Coaching

Puede haber muchas razones distintas para acudir a un coach personal. Sin embargo, algún síntoma de que el coaching personal puede hacer diferencia en tu vida incluyen:

  • A menudo te dices que si solo cambiaran las cosas (Fuera de tí) estarías feliz.
  • No entiendes porque te pasan ciertas cosas, te sientes «victima»
  • Hay patrones que se repiten en tu vida sin que sepas porqué: p.e., cada vez que te enamoras de alguien, esa persona se marcha a vivir a otro lugar.
  • Incluso si te propones alcanzar objetivos, pierdes la motivación rápidamente, te desanimas o no los logras, lo que te hace sentir frustrada e incapaz de entender por qué.
  • Tienes a veces reacciones exageradas, que ni tú te explicas. A menudo no sabes como gestionar tus emociones y te quedas en la tristeza, el enfado, o la negatividad durante días.
  • Te horroriza la idea de estar sola, o incluso te da ansiedad, y eso te lleva quizás a desarrollar relaciones que no te llenan, o a preferir pasar tiempo con otras personas en lugar de perseguir tus propios intereses

Y hablándolo en términos cíclicos, hay una serie de circunstancias que pueden requerir un proceso de coaching:

  • Cuándo te estás enfrentando a un cambio: cambios de trabajo, mudanzas, vas a vivir con alguien, separaciones, cambios de rol (Maternidad, por ejemplo), etc.
  • A la hora de emprender un nuevo proyecto: decides emprender, ir a vivir fuera, crear una asociación, meterte en política, etc.
  • Cuándo buscas la dirección: sientes falta de motivación o estancamiento, sientes que necesitas algo nuevo, pero no sabes por dónde empezar
  • Cuándo tienes que soltar una vieja identidad o un patrón destructivo: sientes que tienes que cambiar tu piel, dejar de fumar, empezar a ir a crossfit, o dejar que tu identidad laboral dependa de esa experiencia que hiciste en 2015…

¿Qué hace un coach?

Una metáfora muy útil para entender lo que hace un coach es la metáfora del carro, que inicialmente desarrolló Plato y que aquí quiero presentar en una versión actualizada.

Imagina que tengas que emprender un viaje y tengas a tu disposición un bonito carruaje, que está en perfecta condiciones. El carruaje representa tu cuerpo. Ahora, es evidente que ese carruaje, por sí solo, no va a ir a ningún lugar.

Necesita al menos dos caballos que tiren de él y lo muevan.

Imagina ahora que tienes el carruaje y los dos caballos. ¿A dónde irían? Sin un chofer, un conductor, es probable que no irían a ningún lado.

¿Pero qué pasa si el chofer está y los caballos no le respectan, hacen lo que les da la gana? Tampoco llegarían a su destino.

En esta metáfora, los dos caballos son la mente (los pensamientos, el intelecto) y las emociones, que necesitan un chofer, el alma o el ser, que les guíe.

Y lo interesante aquí es que la palabra Coach, en su origen, quiere decir carro o carruaje. Y no porque se refiera a esta metáfora, pero porque el coach, que en un principio nació en el mundo deportivo, es aquella persona que ayuda el cliente a ir hacia su destino.

Y para hacerlo, en línea con esta metáfora, el coach tiene que asegurarse en todo momento que quien está al mando del carruaje sea el alma o el ser del cliente y no su enfado, su tristeza, o su creencia de que, mas que ser funcionario, no hay opciones laborales en este país.

¿Cómo lo hace?

Con preguntas poderosas. Con la escucha activa. Con ejercicios, recapitulaciones, retando al cliente, entrando en los detalles. Pero también viendo al cliente como capaz, como ser poderoso.

El coach mira al cliente con ojos que saben que puede y esto le hace de espejo al cliente. Y se ve capaz.

Como en este corte de la película La Leyenda de Bagger Vance:

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por Stefania Montagna

Coach Personal y Profesional

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